NEUROQUÍMICA El amor eterno existe
La sonrisa
perpetua en los labios, la urgencia por estar con él (o ella), erizarse el
vello con solo rozar su mano. Quien haya estado alguna vez perdidamente
enamorado sabe que es un estado irracional en el que se pasa de la felicidad
más absoluta a una desesperanza aguda en cuestión de segundos. En los últimos
años, las técnicas de imagen cerebral han desvelado que estos sentimientos tan
intensos, a los que llamamos amor, no son más que una suerte de fuegos de
artificio químicos cuyo cometido es que busquemos una pareja y la mantengamos
hasta que cumplamos nuestro destino evolutivo: tener hijos. Y cuando esta
misión biológica acaba, el amor termina.
Pero
Bryan Earp y Julian Savulescu, dos expertos en Bioética de la Universidad de
Oxford, planteaban recientemente en un artículo de la revista New Scientist:
“Algunas de las investigaciones más recientes aseguran que podríamos utilizar
los mecanismos químicos implicados en el amor para hacer que los matrimonios
duren para siempre”. ¿Y por qué no? Ellos mismos están trabajando actualmente
en un libro que se titulará Love Drugs, en el que abordan las últimas
investigaciones en este campo y plantean algunas cuestiones morales que se
derivarían de su uso en el futuro. Pero ¿existen ya medicamentos con estos
efectos capaces de prevenir el divorcio?
Pastillas para el corazón
“Ya hay muchas
maneras de alterar la química cerebral de una persona –ya sea la propia o la de
la pareja– de manera que ayude a mantener un matrimonio. La oxitocina, por
ejemplo, es una hormona liberada de forma natural por el cerebro cuando
mantenemos relaciones sexuales, y es un elemento indispensable en la sensación
de amor y conexión entre los individuos en cualquier tipo de relación. Así, si
los niveles de oxitocina de la pareja decaen, por ejemplo por la
falta de relaciones sexuales, el
sentimiento de conexión en la pareja también irá disminuyendo. Pues ya existe
una forma de subir los niveles de oxitocina: Con un simple spray nasal que se
vende incluso por internet”, responden Savulescu y Earp a través de correo
electrónico.
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