El Ártico en peligro de devastación
El Ártico está bajo la presión de las compañías petroleras que buscan
explotar sus recursos. Shell, Repsol,
Gazprom, Statoil, Conoco Phillips, Cairn Energy...todas quieren su pedazo
del pastel. En el codiciado mar del alto Ártico varios gigantes petroleros
buscan los más de 90.000 millones de barriles de petróleo que yacen en sus
aguas.
Para el coloso Shell, que se ha gastado casi cuatro mil millones de
euros en siete años de búsqueda del oro negro en estas zona virgen del planeta,
sus fracasos y accidentes debido a las duras condiciones climáticas han
supuesto una pequeña victoria, pues el líder mundial ha decidido retirarse de
las exploraciones árticas por lo menos durante 2013.
A este fracaso le sigue el anuncio hecho público ayer de que otras dos
petroleras, Conoco Phillips (EEUU) y Statoil (Noruega) se retiran este verano
de explotar en el ártico norteamericano. Sin duda estas empresas están
sintiendo el calor del escrutinio público al que Greenpeace les está
sometiendo. En unos días plantaremos en una cápsula casi tres millones de
firmas en el Ártico para reclamar que esta tierra es nuestra, que es de los
Sami y de los Inuits y de los osos polares y de los narvales y belugas.
A pesar de estos anuncios positivos, la amenaza se mantiene. Pues
Rusia está abriendo la puerta de atrás debido a la presión que estamos
ejerciendo sobre el gobierno norteamericano y que en pocas semanas nos han
llevado a recoger 600.000 firmas para pedir que Estados Unidos cierre estas
aguas a las prospecciones. Hay demasiado público en Alaska y Shell está
firmando con la petrolera rusa Gazprom acuerdos en el Ártico ruso donde son más
débiles las regulaciones ambientales y están lejos de las miradas indiscretas.
Pero los osos polares ni hablan ruso ni hablan inglés. Necesitamos tu
poder de presión, necesitamos que la renuncia sea definitiva. Necesitamos
cerrar las puertas de atrás. Necesitamos que no accedan a los despachos de los
políticos que deciden el futuro de nuestro planeta en Naciones Unidas. Ha
llegado el momento de que los gobiernos de todo el mundo exijan un un cese
permanente de la explotación imprudente del lejano norte.
Tomado de la revista digital: FayerWayer
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