Identifican un gen que retrasa el envejecimiento
Unos científicos de la
Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han identificado un gen que
puede retrasar el envejecimiento y prolongar la duración de una vida sana en
moscas de la fruta. La investigación, tal como subrayan sus autores, podría tener
repercusiones importantes en los recursos de la ciencia médica para retrasar el
envejecimiento humano y para tratar ciertas enfermedades.
El gen parkin, como lo llaman,
puede regular el proceso de envejecimiento en moscas de la fruta, las cuales
por regla general viven menos de dos meses. Los investigadores aumentaron los
niveles del gen en las células de las moscas estudiadas, y encontraron que esto
extendía su vida en más de un 25 por ciento, en comparación con un grupo de
control en cuyas moscas no se potenció ese gen.
Con sólo aumentar los niveles de
parkin, las moscas viven mucho más tiempo sin que su salud experimente efectos
secundarios nocivos. Viven más tiempo, pero manteniéndose activas, fértiles y,
en definitiva, sanas. Esto último es importante, ya que, tal como argumenta
Anil Rana, lo que se busca con esta línea de investigación no es solo alargar
la vida sino también la etapa en que la salud general aún es buena, antes del
deterioro general asociado a la senilidad.
Vivir el doble de tiempo, y sano,
en algunas especies depende solo de unos pocos genes.
La revista Cell publica una
revisión exhaustiva con respecto al estudio del envejecimiento, con vocación de
ordenar el campo y “servir de marco a los futuros trabajos”. En ella se definen
por primera vez, todos los indicadores moleculares del envejecimiento de los
mamíferos.
Uno de los resultados de esta
revisión es que entendiendo y combatiendo el envejecimiento, se lucha también
contra el cáncer y las demás enfermedades de mayor incidencia en el mundo
desarrollado.
La relación está clara: el
envejecimiento resulta de la acumulación de daño en el ADN a lo largo de la
vida, y ese proceso es también lo que origina el cáncer, la diabetes, las
enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas, como el alzhéimer.
En el artículo se afirma que “el
cáncer y el envejecimiento pueden compartir un origen común”, y se explica que
pueden ser considerados “dos manifestaciones diferentes del mismo proceso
subyacente”.
Una de las estrategias
terapéuticas ya probadas con éxito en ratones. es evitar el acortamiento de los
telómeros. “Es un proceso que se puede frenar e incluso revertir en estos
animales”, afirma Blasco, experta en el área. Ella cree que, en general,
“tenemos aún mucho margen de maniobra para combatir el envejecimiento y lograr
vivir más años de forma saludable”.
Comentarios