¿Por qué nos cuesta dormir cuando hace calor? Trucos para lograr dormir
El
calor afecta a la calidad del sueño y garantiza un humor de perros al día
siguiente. Pero cuando son las dos de la madrugada y hay 32 grados, los
resultados pueden ser deprimentes. ¿Por qué no podemos dormir bien con el
calor?
Cuando nos dormimos la temperatura del cuerpo desciende. Si hace
demasiado frío o demasiado calor nuestro cuerpo intentará alcanzar la
temperatura adecuada primero, y dormir después. El frío se puede combatir con
mantas, pero hay pocas cosas más desagradables que estar dando vueltas y
sudando en la cama sin poder dormir por el calor. Las vueltas, por cierto,
calientan más el cuerpo y empeoran la situación.
Por encima de 26 grados la calidad del sueño disminuye, porque hay
menos ciclos de sueño profundo. Estas son algunas posibles soluciones:
Pies fríos
Al dormir, la temperatura del cuerpo no baja por igual, sino que las
extremidades se enfrían más. Tener los pies demasiado calientes impide
conciliar el sueño. Un buen truco es sumergirlos en agua fría unos minutos
antes de ir a la cama. Las manos también. Mejor si no los secas completamente,
así la evaporación los mantendrá frescos un rato más.
Otra solución es llevarte a la cama un paquete enfriador congelado,
como los que se usan en las neveras portátiles, y jugar con él entre tus pies
hasta que te duermas.
Cabeza fría
La cabeza también necesita estar a menor temperatura que el resto del
cuerpo para dormir bien. Mantenerla fría es eficaz contra el insomnio, incluso
cuando no hace calor. Una primera medida es usar una almohada más pequeña, que
mejorará la circulación del aire por la cabeza. Las viscoelásticas son muy
cómodas pero dan más calor.
Una buena inversión es una almohada de huesos de cereza, de lava o
similares. Además de proporcionar muy buena transpiración, se pueden calentar
en el microondas o, lo que ahora nos interesa, enfriar en el congelador.
Mantendrán la cabeza fría un buen rato.
Sigue la corriente
Si no tienes aire acondicionado, abrir las ventanas hace que la
corriente de aire enfríe ligeramente tu cuerpo, lo suficiente para conciliar el
sueño.
En sitios como Madrid, donde yo vivo, la corriente no existe. El aire
es una masa inmóvil a 32 grados, y abrir las ventanas solo consigue que el
calor acumulado por el asfalto durante el día entre en casa, por no hablar del
ruido y la contaminación. Un remedio clásico es poner un ventilador con un
barreño de hielo delante. Funciona.
La camiseta mojada
Otra sugerente solución que se basa en la evaporación del agua. Moja
una camiseta, retuércela para que no esté empapada, póntela y duerme encima de
una toalla seca. Lo puedes combinar con un ventilador para aumentar la
evaporación. También funciona con una sábana húmeda.
Aire acondicionado
Olvídate de los mitos sobre lo malo que es. Los aparatos de aire
acondicionado extraen el propio aire de la habitación y lo enfrían. No estás
respirando nada que no hubiera antes. Eso sí, limpia bien los filtros, que
acumulan polvo.
El termostato está para algo. Si quieres dormir bien y no congelarte,
ponlo a 25 o 26 grados, no menos. ¿Te parece caro tener aire aconcionado?
Pregúntate cuánto vale para ti dormir bien en julio y agosto.
Fuente: Revista Quo
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