"Cada especie es una obra maestra"

El científico Edward Osborne Wilson (Alabama, 1929) se quita de la frente un mechón de cabello liso antes de comenzar con su trabajo. "Voy a poner el espécimen bajo el microscopio para verlo bien". Cuando mira a través de la lente, a pesar de su vestimenta de académico serio, su mirada se ilumina con la ilusión de un chaval. Tras toda una vida estudiando el mundo de las hormigas, este investigador de la Universidad de Harvard -la vaca sagrada de los estudios sobre biodiversidad- no ha perdido la pasión por los pequeños animales que él llama "criaturas escogidas". ¿Tiene alguna favorita? Pues sí; una rara especie de hormiga que protege su nido de una forma muy peculiar. "Su cabeza tiene forma de corcho de botella y en la frente, una armadura que parece un antiguo escudo griego. Cuando el enemigo aparece, cierra las entradas del nido con la cabeza, como si estuviese tapando una botella de vino. ¡Me parece genial!".
Lo que Wilson ha colocado bajo el microscopio es una hormiga amarilla de Panamá. Su nombre científico es Pheidole caltrop y hace pocos años la identificó como una especie aparte. Me deja asomarme para verla y le comento que me sorprende la cantidad de pelos en el cuerpo del insecto. "Mucha gente ve una hormiga y se cree que ya las ha visto todas", responde. "Pero en realidad, el tamaño de esos pelos, su abundancia en ciertas partes del cuerpo, la dirección en la que crecen, si son tiesos o si se enrollan... todas esas cosas se tienen en cuenta para describirlas". No es fácil determinar si uno tiene o no una especie nueva sobre la mesa. Son necesarios ojos entrenados y años de experiencia para apreciar los sutiles detalles que muchas veces marcan la diferencia.
Wilson no sólo es famoso por su trabajo con insectos; también por sus investigaciones en sociobiología y conservación; no en vano fue él quien acuñó el término "biodiversidad". Pero nunca ha dejado de lado su actividad básica: descubrir, describir y clasificar especies de hormigas. Hace unos años publicó un espectacular libro de 800 páginas sobre un solo género, titulado Pheidole in the New World. A Dominant, Hyperdiverse Ant Genus.

Las Pheidole, conocidas como las hormigas cabezonas, son las más comunes en occidente, con especies que pueblan desde Argentina hasta el norte de los Estados Unidos. "Son unos auténticos Schwarzeneggers de pecho para arriba. Sus cabezas están llenas de músculos enormes, y sus poderosas mandíbulas están diseñadas como si fueran cortadoras de cables para poder descabezar a sus enemigos y cortarles las patas", comenta con regocijo. Estas miniforzudas se convirtieron en el hobby del biólogo, que durante 18 años les dedicó interminables horas de sus fines de semana. De esta manera, Wilson ha dibujado hasta el último detalle las 624 especies de hormigas Pheidole del Nuevo Mundo. Entre ellas se incluyen 300 que eran nuevas para la ciencia, sin olvidar a una que bautizó con el nombre Harrisonfordi en honor al actor, que en cierta ocasión le envió una generosa suma en un arranque de inspiración. Wilson dice que todo esto lo ha hecho simplemente por amor a la hormiga misma: "Cuando hallaba una nueva especie me decía a mí mismo, ¡Dios santo, soy la primera persona en ver esta fascinante criatura!, y eso me emocionaba mucho".

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